martes, 24 de enero de 2012


Es inevitable sonreír al recordar momentos bonitos a su lado, es inevitable no echar de menos lo que un día me parecio lo mejor del mundo.
Dolor es ver como lo que empezó siendo algo que me ilusionaba, algo que me llenaba hasta las trancas, un amor que hacia que los días fueran cortos, que volviera a casa con una sonrisa de oreja a oreja a acabado siendo un desastre, con reproches y enfados.

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